Discurso a alumnos distinguidos en los “Premios Excelencia” de la Prepa Tec Campus Querétaro, 2017
Buenas noches a todas y todos los presentes.
Es un honor estar aquí como alumno egresado de esta Prepa y como borrego del Tec. Gracias a los profesores, directivos y alumnos por compartir conmigo esta ceremonia.
Cuando recibí la invitación para estar aquí hoy, quería recordar sentimientos de mi etapa en el Tec, y lo primero que vino a mi memoria fue el estrés. ¿Quién no ha sentido estrés? Si no es la puntualidad, son los exámenes, o los trabajos, o el promedio, los concursos, el aprendizaje, las actividades deportivas, culturales, los grupos estudiantiles, el fin de semana, el cierre de semestre, los exámenes finales… Por algo mi mamá decía, “el Tec no es para todos”, y ¿qué creen? Tenía razón.
Es por ello que quiero felicitarlos. Independientemente de la prepa o semestre que sean, para estar aquí hoy, no sólo se requiere asistir al salón de clases: se necesita levantarse antes de lo que uno quisiera, participar, ir más allá en el aprendizaje, tomar asesorías, desvelarse, pasar menos tiempo con la familia o los amigos, y esas pequeñas acciones que ustedes conocen mejor que yo. Por eso, les felicito y me enorgullezco de lo que están haciendo. Además, se ven espectaculares desde aquí.
Les tengo una noticia: la recompensa del trabajo bien hecho, es más trabajo y más responsabilidad. Algunas personas se sorprenden por esto, pero a ustedes no les debe espantar. Estoy seguro que para una persona como tú, hacer una diferencia en el mundo es algo que te importa, para lo que te has estado preparando y por lo que trabajas cada día. Y al final de eso se trata: si quieres hacer una diferencia en el mundo, tendrás que asumir más responsabilidades.
Tampoco podemos olvidar a los padres de ustedes y a su familia, quienes dieron amor y apoyo para formarlos y que llegaran hasta aquí. No podemos dejar de reconocer que han sacrificado muchas cosas. Algunas se las dirán y otras ni siquiera tienen idea.
Éste es un momento para que piensen en las personas que quieren, que les han ayudado a estar aquí. Muchos somos muy afortunados de estar aquí hoy con nuestra familia. Así como a mí me pasó, mi familia me permitió que estuviera aquí, y el buen trabajo de ustedes les permitió traer a su familia hoy. Por eso ténganlos cerca y recuerden, que son y serán los pilares más importantes en sus vidas.
Gracias a los maestros por su trabajo fuerte y dedicación. De mis profesores, recuerdo a:
- Ana Bertha Ibarra, quien me daba mis primeras asesorías cuando no entendía álgebra
- Vero Álvarez, cuyas picantes clases de ciencias de la salud no olvido
- Edgardo López, cuyos exámenes de caricaturas eran complicadísimos para quienes no leían las noticias
- Margarita Pérez, quien nos ayudó a profundizar en el maravilloso mundo de la Química
- MariChuy, quien realizó la última entrevista familiar, gracias a la que se recibí la beca de excelencia
- Luis Pacheco, quien me inspiró a cumplir mi proyecto emprendedor con ética.
- Chris Norris, quien me quitó el miedo a escribir en inglés y escribió una carta de recomendación muy importante en mi vida
- Chucho Ramírez, ya que nuestras pláticas me ayudaron a salir de mi zona de confort.
Yo salí hace “apenas” 9, casi 10 años de la preparatoria, y como más sabe el diablo por viejo que por diablo, les quiero compartir algunas cosas que he visto en este tiempo, que no me enseñaron en la prepa.
- Quien triunfa en la escuela, no necesariamente triunfa en la vida. Si bien cada quién tiene ideas distintas de lo que es el éxito, existe un ciclo promesa-realidad-promesa es continuo y complicado. Cuando entran a la escuela, son una promesa para las personas que los quieren, entre ellos sus maestros. Conforme superan semestres y obstáculos, se vuelven una realidad de la comunidad de la preparatoria. Después egresarán y se convertirán nuevamente en una promesa de la licenciatura.
Es difícil llegar a la cima, pero mucho más difícil mantenerse. Por eso no se dejen engañar por el pensamiento, “si me va bien aquí, me irá bien allá” por definición. La competencia es brutal y ustedes tienen que encargarse de estar listos para los retos que encuentren allá afuera. - La vida te cambia los planes. Hace 10 años, yo tenía una visión de cómo iba a ser mi vida en esta época, pero hoy es muy diferente. Pensaba que tendría una carrera en Inglaterra y acabé teniendo una maestría en Estados Unidos. Pensaba que iba a ser Ingeniero Ambiental y he sido ingeniero, investigador, emprendedor y banquero. Pensaba que iba a vivir en Querétaro, y en el camino he vivido en California, Washington D.C. y la Ciudad de México. Tuve que encontrar una misión y un sentido a lo que hacía, y adaptarme, y eso me ha ayudado a ser muy feliz.
- Si entraste en un bache, ayuda a alguien. Las dificultades estarán ahí siempre, pero ayudar a alguien nos ayuda a salir de nuestros problemas: da perspectiva, da humildad y aumenta la confianza. Todo es necesario para seguir caminando.
Recientemente, el Foro Económico Mundial me invitó a su Reunión Anual de Davos, la más selecta del mundo, como representante de los jóvenes del país. Ahí puedes abordar casi a cualquier líder del mundo, sin guaruras y sin asesores. Por ejemplo, de estar cerca de Bill Gates aprendí que te va a escuchar y va a tratar de aprender de ti. De Jack Ma, fundador de Ali Baba, aprendí que si le demuestras que eres una o un joven comprometido con mejorar el mundo, te dará su tarjeta, se pondrá a tus órdenes y te pedirá que le mandes un mail.
Todos ellos tienen ganas de aprender, de compartir y debatir el conocimiento. A ellos no les importa la popularidad, sino el impacto que tienen las personas en sus comunidades.
En esta época, hay mucha incertidumbre en el mundo, y también hay cierto pesimismo. A los que les preocupa que vienen los robots y nos sustituirán en lo que hagan mejor que nosotros, yo les digo que habrá más tiempo libre, que tendremos que trabajar menos días de la semana y tendremos que repensar qué es trabajar y cuánto hay que hacerlo. Los robots nos recordarán por qué somos humanos, porque ellos no tienen liderazgo, ni sentimientos, ni creatividad, ni capacidad artística ni estructuración de problemas.
A quienes dicen que nos jubilaremos más grandes, yo les digo que tendremos que estudiar toda la vida y la llamada Cuarta Revolución Industrial nos obligará a reinventar nuestras carreras cada 5 años. Tendremos unas 10 etapas profesionales en nuestra vida. Además, nuestros hijos serán la primera generación que tendrá posibilidades reales de tener un promedio de 100 años de vida. Y a los que dicen que Trump será malo para México, yo les digo que tendremos la gran oportunidad de hacer la tarea que hemos estado posponiendo: fijarnos en nosotros y depender menos de los demás.
Por eso, les recomiendo de una vez, que abracen una mentalidad de aprendizaje y que tengan la visión de entender la realidad como es. El gran peligro que tenemos es sentirnos el centro del mundo, porque lo hemos oído, porque somos buenos en algo, o porque celebramos triunfos muy merecidos como el estar aquí hoy. No sigan su ego o los premios: sigan su contribución. Encuentren aquella cosa en la que son muy buenos, pónganla a disposición de su comunidad y del mundo, contribuyan a los demás, y mejoren nuestra realidad.
Estos 10 años me han enseñado que el mundo es generoso, pero también es difícil. Las grandes trayectorias toman años de sudor, sangre y lágrimas, y a veces pasan cosas terribles antes de que nuestras expectativas se cristalicen. Por eso les recomiendo que sigan siendo muy ambiciosos, pero que no se sientan ni más especiales, ni menos capaces que los demás.
Este espíritu de crecimiento personal es una de las increíbles razones para estar en el Tec. Seguro han encontrado estrés y felicidad a través de la superación de obstáculos. A propósito del muro de Trump, recuerdo a Randy Pausch, ingeniero que decía: “Los muros están ahí por una razón. No están para dejarnos fuera. Están para darnos la oportunidad de mostrar qué tan loca e intensamente queremos algo. Porque los muros están para detener a las personas que no quieren algo con la misma intensidad o necesidad que nosotros. Están para detener a los demás. Pero no nos deben detener a nosotros.”
Si ustedes tienen la humildad y la audacia de la que hoy hemos platicado, pueden plantearse cualquier cosa. Einstein decía que la imaginación es más importante que el conocimiento. Mientras el conocimiento es limitado, la imaginación envuelve al mundo.
A ustedes los felicito hoy y reitero mi agradecimiento al Campus Querétaro por esta invitación. Y yo los invito a seguir imaginando.