Exalumnos en los 50 años de la DCB

Como parte del 50 aniversario de la División de Ciencias Básicas, el pasado 28 de marzo en el Auditorio Sotero Prieto, tres egresados de distintas generaciones, muestra de los miles de ingenieros de excelencia de la Facultad de Ingeniería, platicaron con los alumnos para compartir anécdotas sobre su paso por la FI y consejos para los futuros profesionistas, promoviendo así una afectuosa interacción.

El ingeniero Juan Manuel Espinosa Aranda, director general del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico, abordó su labor en la asociación encargada de operar el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano, primero del mundo en su tipo, su funcionamiento e importancia en la prevención de daños.

Adicional al monitoreo sísmico, en el Centro se han desarrollado herramientas para estudiar estructuras sujetas a los efectos de temblores. “El quehacer nunca termina… una vez que encuentren la motivación para desarrollarse en la Ingeniería, no lo dejarán ir”, expresó animoso.

En su turno, el ingeniero Roberto Ruiz Vilá se refirió a sus actividades en Inpros, empresa de Ingeniería de Proyecto y Supervisión, y a sus experiencias como estudiante. Resaltó las asignaturas que han tenido aplicaciones directas en su vida profesional: Hidráulica, Estructuras, Geotecnia, Matemáticas, Geometría, Métodos Numéricos, Estática, Cinemática, Dinámica, Probabilidad, Dibujo y Topografía.

Recomendó propiciar una mayor motivación al alumno mediante problemas reales para explicar los procesos de la ingeniería y así mejorar el aprendizaje, y buscar un uso fluido y frecuente de las ciencias básicas durante el desarrollo de todas las materias elegidas.

Por su parte, el maestro Javier Arreola Rosales, que labora en Inbursa, expresó que las materias relacionadas con matemáticas tienen numerosos campos de aplicación, como el financiero. Aconsejó estar actualizado y aprender sobre diversas disciplinas debido a los cambios tecnológicos que se avecinan, para tener amplias oportunidades de crecimiento.

Exhortó a los jóvenes a convertirse en un activo (valor, en finanzas) para su familia, comunidad, gremio, universidad y país; ser siempre muy curiosos, exigir más a sí mismos y a los demás, confiar en su instinto y tener imaginación para hacer ingeniería de forma diferente.

Invitó a los asistentes a practicar un enfoque multidisciplinario, la autoconfianza, el pensamiento crítico, valores, prioridades, tener en cuenta el factor humano, saber aprender y desaprender y la resiliencia.

Marco Antonio Gómez Ramírez, coordinador de los festejos del 50 aniversario de la DCB, agradeció a los asistentes y a los ponentes por compartir su conocimiento y experiencia.