4 Controversias de la 5G

4 Controversias de la 5G

¿Y sí se necesita la 5G?

Los astronómicos costos de inversión que requerirá la 5G y el hecho que muchas aplicaciones del Internet de las Cosas pueden funcionar perfectamente con redes LTE, hacen a muchos preguntarse si de verdad vale la pena entrar en este maratón.

Sin embargo, las dos principales razones que ven los países para participar en la 5G son una nueva generación de aplicaciones que traería la tecnología en el mediano plazo —y no en el corto—, así como las oportunidades que generaron los países pioneros de las redes anteriores.

Europa desarrolló la Red 2G y perdió el liderazgo ante Japón, quien desarrolló la 3G. Hoy Europa está muy lejos de competir en la 5G y las empresas japonesas abandonaron el negocio de telefonía celular. En el caso de la 5G, la nueva dimensión es que también se disputa es, ¿qué país proporcionará la infraestructura tecnológica a través de la que se conectará y transmitirá la información de hasta miles de millones de dispositivos?

Necesidades de Fusiones y Adquisiciones (M&As)

La magnitud de las inversiones en 5G ha hecho que varias compañías digan que sería mejor fusionar tanto sus corporativos como sus espectros para seguir siendo competitivas; el caso más destacado es el de T-Mobile y Sprint, quienes tienen el 38% y el 16% del mercado de prepago estadounidense, respectivamente.

La fusión ha sido bloqueada dos veces por reguladores, pero la carta basada en 5G se ha convertido en la más importante y creativa, aunque inconsistente porque ambas compañías habían anunciado con anterioridad que serían competitivas en 5G.

En abril de este año, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) de EE.UU. dijo que aún no tomaba una decisión, lo que se interpretó como que estaban estudiando el argumento de la 5G. Sin embargo, en junio comenzaron litigios estatales diciendo que la fusión los volvería un jugador preponderante y que los consumidores perderían más al pasar de cuatro grandes empresas de telefonía a solo tres.

Finalmente, estos planteamientos de M&As se han dado en diversas industrias de la cadena de valor, desde fabricantes de antenas, empresas de satélites y proveedoras de servicios.

Inversiones Público-Privadas

Otro escenario que se ha estudiado es el de la coinversión entre gobierno y privados para ganar la carrera de la 5G. En el caso estadounidense, Trump se planteó en 2018 el desarrollo de una Red 5G nacional propiedad del gobierno. La idea generó ruido entre los empresarios de telecomunicaciones, pero igualmente ha ido perdiendo interés hasta por parte de Trump. A este respecto, Australia también llegó a plantearse una red nacional estatizada, que luego desestimó.

En el caso chino, se ha comprobado la participación del Estado en diferentes empresas con actividades de inversión alrededor del mundo, aunque en el caso de Huawei, los documentos oficiales indican que los trabajadores siguen siendo los principales accionistas. Pero igualmente, la Ley Nacional de Inteligencia, que indica que las organizaciones y ciudadanos chinos deben apoyar con el trabajo nacional del rubro, tiene el mismo efecto de coordinación Estado-empresa.

Se anticipa que sí se lleguen a dar casos en que los gobiernos federales aporten la fibra óptica y otras condiciones de financiamiento. Sin embargo, el colosal tamaño de las inversiones y la imperfección de las asociaciones público-privadas en temas como cumplimiento de contratos, maximización del impacto y distribución óptima de riesgos, no garantizan que vayan a salir del todo bien.

Daños a la Salud

El tema de potenciales daños a la salud ocasionados por las ondas de telecomunicaciones ha sido polémico por largo tiempo, pero la controversia de la 5G ha sido la más ruidosa. La situación comenzó con un documento de Bill P. Curry, un médico y consultor, quien dijo en el 2000 que la materia gris cerebral podría absorber microondas. Según él, a mayor frecuencia de las microondas, mayor absorción cerebral.

Sin embargo, a lo largo del tiempo, el tema desencadenó tanto diferentes publicaciones en todo tipo de medios, como que asociaciones de médicos han dicho que Curry interpretó la información de forma equivocada y lo han amonestado. Curry aún piensa que hay daños para la salud, pero dijo que ya no sigue la industria de comunicación inalámbrica.

En noviembre de 2018, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de EE.UU., dijo en un comunicado que, luego de revisar cientos de estudios sobre exposición a la energía de radiofrecuencia, concluyen que “los niveles de exposición a la energía de radiofrecuencia para teléfonos celulares siguen siendo aceptables.” Por la contra, la FCC de Trump ha sido laxa en el manejo de los datos y protección de los intereses nacionales en favor de los privados, por lo que no ha podido zanjar estos debates con sustento técnico propio.

Un tema adicional es la cobertura por parte de la agencia Russia Times, fondeada por el gobierno ruso y etiquetada por el estadounidense como un agente foráneo. La compañía ha diseminado información de que la 5G podría causar cáncer, infertilidad, autismo, tumores cardiacos y hasta Alzheimer… sin proveer evidencia para tales aseveraciones, lo cual es conocido como el “5G Apocalypse.” Lo anterior ha coincidido con una intensa campaña mediática en redes sociales de bots de fake news y que se haya retomado por parte de ONGs con agendas harto progresistas. Invariablemente, Rusia y Huawei firmaron un acuerdo en julio para que la empresa china implemente la red 5G en el país euroasiático.

Quizá el problema más importante es que, a nivel jurídico, la mayoría de los documentos alrededeor de la 5G reflejan que se contemplaron “cientos de estudios” sin proveer cuáles o siquiera enlistarlos. Y a nivel social, hay mucho interés en opinar de las redes y poco en interpretar los estudios y corroborar sus fuentes y revisiones, cayendo en los sesgos de confirmación inherentes a la era de las fake news.

En conclusión, los estudios son insuficientes en líneas de investigación y diseminación, pero por ahora apuntan a que la 5G no es un riesgo para la salud. Sin embargo, el tema no se irá, ya que, aunque esté clarificado, las personas en general seguirán pensando lo que quieran, basándose en sus propias pre-convicciones y conclusiones.

Publicada el 2 de agosto de 2019 en Forbes México.

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