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Los Retos de la Red 5G
En la entrega anterior de esta serie, se enunciaron los beneficios que podría traer al mundo las redes 5G. En esta ocasión veremos los temas clave para que se vuelva una realidad.
Necesidades Espaciales y Tecnológicas
Las antenas de la 5G son del tamaño de una caja de zapatos. A diferencia de su predecesoras, éstas no alcanzarán grandes alturas ni requerirán mucho espacio, pero sí se precisará colocar muchas más para alcanzar la densidad de red requerida. Esto implica que se necesitará una importante coordinación y voluntad en varios niveles, además de que continuamente aparecerá una resistencia tipo “sí instálela, pero no en mi patio”, en función de la zonificación.
La 5G tendrá una propiedad no vista en redes de Internet hasta ahora: las funciones de red no serán dependientes del hardware, sino que serán controladas por un software a través de un Protocolo de Internet común, que en teoría podría ser actualizado cuando llegue una próxima generación de redes, inclusive. Esto permitirá crear redes virtuales privadas y ofrecer nuevas funciones que aún están por definirse.
Ahora, la interconexión de antenas —o backhaul— desde redes de pequeña capacidad a otras de mayor capacidad también será un reto, debido a que la red de menor velocidad será la limitante que marque la velocidad de todo el sistema, lo que requerirá de grandes posibilidades de producir o hacerse de fibra óptica.
Desafíos Regulatorios
A pesar de que la instalación de cada antena pudiera requerir un par de horas, la emisión de los permisos puede durar meses, tanto por los requisitos para proceder como por el mayor papeleo. Es por ello que los reguladores deben lograr un equilibrio entre procesos ágiles y aprobaciones, y orientación sobre seguridad e implicaciones de la tecnología. La mayoría de los reguladores a nivel mundial operan bajo premisas que pronto serán obsoletas y que pueden ralentizar los procesos; esto además del reto de que tienen que entender muy bien el camino a seguir y tomar buenas decisiones.
Como contra ejemplo, la administración Trump decidió liberalizar al máximo el proceso, pero lleva un año estudiando si subcontrará o no a privados para desarrollar las subastas del espectro, por lo que ha perdido mucho tiempo. Además, ha recibido múltiples reclamos sobre el riesgo de dejar en intereses privados un asunto de seguridad nacional, que se podrían alargar más en caso de que lleguen a tribunales.
En todos los países avanzados de cara ala 5G, el avance de las subatas es ínfimo todavía, por lo que el resto de las concesiones serán el esfuerzo más arduo, ya que los reguladores tienen que decidir aspectos como tamaño geográfico de la licencia, niveles de potencia, de emisión fuera de banda, el tamaño de la licencia del espectro, entre otros.
Costos
La Red 5G se parece más a un maratón que a una carrera de velocidad, ya que requiere una gran inversión antena por antena para cubrir bloques de áreas, lo que tomará años. Evidentemente, su dispersión se hará comenzando por las ciudades y años después llegaría a las áreas rurales. En un ejemplo claro, no podremos tener ubicuidad en vehículos autónomos si no hay cobertura muy amplia, o si las carreteras están llenas de baches.
Diversas razones como la zonificación, la guerra comercial, y la propensión a buscar modelos de red de costos independientes para cada operador, han incrementado los costos de la 5G. Debido a los requerimientos de backhaul, los operadores tendrán que invertir mucho en fibra óptica. De acuerdo con McKinsey, la actualización de la red 4G a la 5G en un país desarrollado, para un caso de 25% de aumento en el consumo de datos, requerirá un aumento de 60% de inversión para el periodo 2020-25.
Lo anterior tiene dos implicaciones: el incremento de consumo de datos se dará en dos etapas, una simplemente como sustituto rápido de la red 4G y otra con la incorporación de las soluciones tan publicitadas que traerá el 5G. La segunda implicación es que los altos costos y su ritmo de flujo orillará a que los operadores compartan infraestructura, algo que no era originalmente su primera opción.
Ciberseguridad
La virtualización de la red vía software y el colosal uso que se le dará aumenta exponencialmente los riesgos de ciberseguridad, lo cual puede comprometer desde información confidencial hasta vehículos autónomos y ciudades inteligentes. Además de la gran cantidad de dispositivos conectados, la red tendrá que ser compatible con el WiFi, la 3G y la 4G actuales, por lo que las vulnerabilidades y riesgos de éstas serán legadas a la nueva infraestructura. Todo esto se deberá atender con criptografía de última generación.
El caso del uso de la técnica para identificación de riesgos es clave. Como contra ejemplo, la administración Trump quitó los requerimientos de estándares de ciberseguridad de la administración Obama, el fondo de ciberseguridad que debía ejercer el regulador y desestimó las publicaciones que advertían de estos riesgos. Y meses después, comenzaron diferentes acciones contra China por amenazas a la seguridad nacional.
Internet Abierto y Neutralidad en la Red
En general, la red de Internet es abierta y neutra, pero siempre los operadores tendrán el interés de cambiar su naturaleza hacia una más dirigida, acotada, o que les abra nuevos negocios. En países como EE.UU. han llegado más lejos, ya que la administración Trump ha buscado favorecer los deseos de los operadores. Ante ello, la neutralidad en la red tendrá una batalla más, ya que una 5G cerrada tendría una brecha de desarrollo aún mayor y puede crear monopolios para diferentes nichos.
Anulación de otras tecnologías
Parte del espectro 5G podría interferir con importantes sensores meteorológicos que permiten predecir tormentas tropicales y huracanes, según han reportado la NASA, el NOAA y la Secretaría Naval de EE.UU. El problema más relevante son las concesiones comerciales adjudicadas, por lo que es posible que tengan que desarrollar otras tecnologías para los instrumentos de medición, lo que además llevará tiempo para ver si son igualmente precisas.
Publicada el 26 de julio de 2019 en Forbes México.
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