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Retos macroeconómicos de la Libra de Facebook
Dos implicaciones básicas de diseño pueden tener repercusiones enormes y si Facebook se propone un proyecto de esta escala, tendrá que desarrollar reglas macroeconómicas de operación.
La Libra es una stablecoin, una moneda digital respaldada por activos, generalmente el dólar, para evitar la volatilidad que se observa en la mayoría de las criptomonedas. Facebook busca que sea estable, escalable y que cumpla con la regulación. Para ello han propuesto que esté respaldada por una canasta de depósitos bancarios de monedas estables, como el dólar, el euro, el franco suizo, la libra esterlina y el yen.
El número total de Libras será dinámico, pues se da prioridad a que el intercambio sea sin fricción, y se podrán emitir nuevas monedas digitales cuando alguien quiera cambiar su moneda fíat por una Libra, lo que aumentará la reserva que respalda el activo digital. Debido a que las monedas son de las más estables del mundo, el valor de la Libra no debería variar mucho. Entre otras implicaciones, se establecerá un sistema de intercambios para los usuarios que compran fíat.
La Libra Reserve es el fondo de respaldo establecido para Libra. Está conformado primeramente por inversiones de Facebook y los socios del consorcio y, en segundo lugar, por el fíat recolectado por usuarios que compran Libras. El total de activos de respaldo se distribuirá en una red de bancos custodios alrededor del mundo y el interés generado ayudará a cubrir los costos de mantenimiento del sistema. Estos intereses no se compartirán con los usuarios que tengan Libras guardadas.
La prioridad hacia el intercambio fíat-Libra sin fricción presenta un gran problema, ya que incrementa el riesgo sistémico de “romper el dinero”, es decir, que la Libra operara con pérdidas y que su valor de activo neto esté debajo de la ‘paridad cambiaria’.
Además, la emisión indefinida de Libras podría poner presión sobre las herramientas que tienen los bancos centrales para responder a una crisis. Mientras más gente use la Libra, mayor será la escasez de activos seguros en el sistema global y la presión negativa sobre las tasas de interés. De no tener un límite, la Libra podría devorar una enorme franja de liquidez global de divisas extranjeras de reserva mientras establece su flotación. Por todo esto, la flotación eventualmente tendrá que transicionar de las reservas de fíat en efectivo a activos de valor más duradero, como valores de gobierno.
Los dos riesgos anteriores son innecesarios para el sistema global, máximo en esta época de probable desaceleración y recesión. Tampoco se ha estudiado el comportamiento de la Libra o sus efectos en caso de fluctuaciones dramáticas, como una crisis de liquidez. Esto se agrava al ver a los socios de la Libra, ya que ninguno tiene experiencia autoritaria como gestor de activos, y esta actividad será clave para el sistema.
Lo anterior también importa debido a lo que pueden hacer los ‘tiburones’ gestores de activos, quienes podrían aprovechar este hueco para emitir sus propios pasivos vinculados a la Libra, afectando la oferta de eurodólares en el mercado, o bien, de realizar una devaluación competitiva, donde los gestores acumulan reservas para que su propia moneda se depreciara estratégicamente.
A los bancos centrales les “hará ruido” que la Libra Association fungiría como una especie de banco central, que tomará decisiones sobre la gobernanza de la red y su reserva, que será capaz de crear o destruir su propio activo, que fungirá como “comprador de último recurso”, que tratará con distribuidores primarios y no con los usuarios últimos, entre otras características mencionadas anteriormente.
Por tanto, las únicas diferencias de la Libra Association con un banco central serán que no tendrá una política monetaria compleja —aunque las reglas de operación sobre tasas de interés, fluctuaciones cambiarias y crédito ya son en sí una política monetaria muy básica—, y que busca operar como un sistema de reserva total, respaldado uno a uno el 100% del tiempo, cosa que hacen pocos bancos centrales, como el de Hong Kong.
Además de lo anterior, existen diferentes preguntas por resolver. Aquí algunas de ellas:
- ¿En qué bancos y geografías se depositarán los dólares de respaldo?
- ¿Existirá una tasa de interés nominal y cómo funcionaría? ¿Se podrá depreciar la Libra?
- ¿Cuáles son los equivalentes de paridad de intereses cubiertos y cuáles no están cubiertos?
- ¿Cómo será la gestión de activos?
- ¿Llegará alguna situación bajo la que se tenga que fraccionar la reserva?
- ¿Existirá una provisión en el sistema para préstamos de bajos intereses o tasa cero?
- Si los precios se salen de control, ¿se seguirá privilegiando el intercambio sin fricción?
Como hemos visto aquí, dos implicaciones básicas de diseño pueden tener repercusiones enormes y si Facebook se propone un proyecto de esta escala, tendrá que desarrollar reglas macroeconómicas de operación que aún no están detalladas.
Publicada el 15 de julio de 2019 en Forbes México.
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