El T-MEC, que está por entrar en vigor, nos trae…
10 estrategias para potenciar ciudades violentadas
Azotada antes por los cárteles de la droga y el crimen organizado, Medellín es reconocida hoy como la ciudad más innovadora del mundo. Con base en 10 estrategias convirtió un problema en una oportunidad.
Existió una ciudad azotada por los cárteles de la droga y el crimen organizado en la que sus habitantes no se sentían seguros para estar en la calle y, a veces, ni en sus casas. La desigualdad económica, falta de oportunidades, debilidad del Estado, ausencia de instituciones y nulo Estado de derecho se convirtieron en caldo de cultivo para grupos criminales. El tráfico de drogas, de armas y de seres humanos, así como el lavado de dinero, los secuestros y las extorsiones, eran las actividades favoritas del crimen organizado. El problema caló tan hondo que la misma ciudad dio nombre al cártel más poderoso de la región.
Si bien esta historia suena conocida para las y los habitantes de diversas regiones mexicanas, el caso que aquí trataremos es el de Medellín. A más de 20 años de haber tocado fondo, la capital de Antioquia es hoy una de las ciudades más seguras de Colombia. Se ha consolidado como el distrito financiero, de innovación y emprendimiento por antonomasia. Pero, ¿cuál fue el camino que recorrió Medellín para recuperarse del narcotráfico? ¿Qué lecciones nos muestra la ciudad que fue reconocida como la más innovadora del mundo?
Del recuento de los daños a la resolución de los problemas
Los retos para la ciudad comenzaban con su propia geografía y economía. Medellín es la concentración humana más importante a cientos de kilómetros alrededor. Tanto el puerto más cercano como la capital del país se encuentran a varias horas de camino montañoso. Además, la economía –altamente dependiente de las actividades económicas primarias– requería un empuje de sofisticación y diversificación.
Los sectores público y privado, y la población, decidieron apostar por la innovación. Ello requirió que los diferentes actores alinearan sus objetivos e intereses, anteponiendo el bien común. Por un lado, el gobierno tuvo que ser más receptivo, abierto y transparente; por otro, la sociedad civil se tuvo que involucrar más y ser más exigente con su comunidad y su gobierno.
Uno de los primeros conceptos aplicados fue el de la “acupuntura urbana”, con el objetivo de que luego de discutir y planear proyectos, éstos se ejecuten lo más rápido posible. Así, los habitantes de los vecindarios reclamaron las áreas que estuvieron dominadas por los cárteles. El objetivo principal de esos proyectos ha sido que las personas se sientan involucradas, comprometidas y seguras en su propio barrio y en su propia ciudad. (Giraldo, 2010)
La construcción de espacios públicos en zonas pobres o marginadas ha sido un sello de la recuperación de la ciudad. En cuestiones de movilidad se ha dado prioridad a crear nodos de transporte que acerquen las zonas violentas a centros industriales y comerciales, de muy distintas formas. Por ejemplo, se ha establecido el sistema de escaleras eléctricas gigantes de la Comuna 13, que permite subir colonias con pendientes de unos 28 pisos. También se ha construido un teleférico, que disminuyó tiempos de traslado de 2 horas a apenas minutos. Igualmente, el Metro es motivo de orgullo de la ciudad, y diariamente lo usa más del 20% de la población.
La difusión de la cultura, el conocimiento y la tecnología ha sido una prioridad. Se ha creado la única ciudad del conocimiento del país, así como obras que creen sentimiento de propiedad y arraigo en la población. Entre ellas destaca la Biblioteca España, los parques educativos y el Centro Cultural Moravia. Con estas políticas, obras y coordinación de avanzada, Medellín fue ganadora (de entre 200 ciudades seleccionadas y otras dos finalistas) como la ciudad más innovadora del mundo.
Estas obras no hubieran podido concretarse de no haber existido un sólido marco basado en proyectos público-privados. La joya de la corona es la Ruta N, un hub de emprendimiento pagado principalmente por empresas de tecnología, dinamizado por la comunidad y administrado por el gobierno.
En opinión de Fernando Sierra, cofundador y director del Fondo de Inversión INVX y gestor de Innovación para Comuna Innova – Ruta N, “ser un emprendedor en Medellín supone una responsabilidad doble. Además de responder por el desempeño de la compañía, aquel que se considere emprendedor debe convertirse en una guía para potenciales líderes y emprendedores de la ciudad. Aquellos emprendedores que hemos podido ver lo que sucede en otros clústeres del mundo somos conscientes de que nuestra ciudad no puede quedarse atrás.”
El ecosistema hoy
De acuerdo con Paul Graham, existen diversos ingredientes que favorecen la creación de un ecosistema de emprendimiento. Entre ellos se encuentran: personas jóvenes e inteligentes, mentalidad poco burocrática, universidades, acceso a capital, una ciudad con personalidad, transcurso del tiempo y competencia. (Graham, 2006) En mayor o menor medida, Medellín los tiene todos. Aquí me concentraré en los más relevantes.
En el caso de las personas jóvenes e inteligentes, Colombia es un país con población joven. Más aún, su sistema de universidades atrae a personas de otros departamentos. Además, los incentivos de emprendimiento atraen venezolanos, argentinos, brasileños, chilenos y peruanos. La mentalidad poco burocrática es manifiesta desde la concepción del gobierno como un facilitador, antes que un acaparador. Como parte del objetivo de ser la capital de la innovación en América Latina para el 2021, se constituyó Distrito Medellinnovation, ubicado al norte de la ciudad para concentrar emprendedores, compañías e instituciones de la economías del conocimiento.
En el caso de la educación, Medellín tiene uno de los presupuestos educativos más altos en porcentaje. Más aún, el distrito de innovación fue planeado cerca de universidades y colegios, para ahorrar tiempo entre desplazamientos y disminuir la inseguridad. Con respecto al acceso a capital, la ciudad es el centro financiero del país, concentrando una tercera parte de las empresas más grandes y representando la segunda mayor región económica.
La población ha logrado imponer una agenda de desarrollo que va más allá de los ciclos electorales, que incluye ejes como sustentabilidad, inclusión social, apropiación social de la innovación, consolidación de espacios urbanos, y política pública de ciencia, tecnología e innovación. Los ciudadanos de Medellín se jactan de tener políticos diferentes al resto del país. “Los actores del ecosistema compartimos una visión frente al contexto mundial. Estar alineados nos permite resolver los problemas de una manera rápida. Esta visión incluye la historia y evolución de la ciudad, pero somos conscientes que tenemos que ser emprendedores y empresarios no sólo de ciudad, sino de país y de mundo”, concluye Fernando Sierra.
De acuerdo con un estudio de Brookings, Medellín fue la ciudad latinoamericana con el mayor crecimiento económico (46º lugar mundial), seguida de Lima (48º), Bogotá (88º), la Ciudad de México (147º), Guadalajara (150º) y Santiago de Chile (160º). (Parilla, Leal, & Berube, 2015) Sin embargo, muchos son los retos que la metrópoli requiere atender, entre los que se encuentran disminuir la iniquidad, reducir el número de personas sin casa, generar empresas de mayor valor e impacto, profesionalizar su sistema financiero y desarrollar otras industrias que soporten la innovación.
Lecciones para México
El caso de Medellín presenta lecciones valiosas para conformar una metrópoli innovadora, fortalecida después de una época de violencia y criminalidad. Además, la sociedad mexicana, como la colombiana, ha demostrado tener la capacidad de formar comunidades resilientes, con capacidad para mantenerse en pie y recuperarse a pesar de amenazas, tensiones y conmociones. Entre las estrategias se pueden destacar las siguientes:
- Cambio de paradigma en la concepción del gobierno. Lejos de ser un administrador o un aparato obeso, el gobierno se ha visto incentivado a actuar como facilitador de soluciones. De esta forma se dan resultados como incentivos fiscales, atracción de talento internacional y participación de la comunidad en la educación.
- Construcción de espacios públicos. Al conjuntar un gobierno incluyente con una población beneficiada por espacios públicos rehabilitados en su vecindario, la actitud de la ciudadanía cambia, anteponiendo la preservación de esos espacios. No es casualidad que los homicidios en la ciudad cayeran 80% entre 1991 y 2010.
- Establecimiento de símbolos de transformación. Al establecer valores rectores respaldados por la ciudadanía, se puede conseguir un buque insignia en el que dichos valores se vean reflejados. La atracción de empresas de alta reputación o la construcción de obras de impacto positivo fomentan la sensación de cambio.
- Creación de un marco sólido para la realización de proyectos público-privados. Ante la evolución de responsabilidades y la disminución del poder adquisitivo del Estado, que debe tener mayor cuidado en su salud financiera, la iniciativa privada tiene un gran incentivo para participar en el desarrollo de su región.
- Empoderamiento de la sociedad civil, los medios de comunicación y los ejecutivos de negocio. Si bien estos tres grupos son de los más afectados durante una crisis de violencia, su impacto en el ánimo de las metrópolis es enorme al pasar la época criminal.
- Fomento de la tecnología, la innovación y el conocimiento. La exposición a creación de tecnología desde la infancia ha ayudado a que la mentalidad emprendedora encuentre arraigo y quiera ser cultivada.
- Conexión física y virtual con el resto del mundo. La existencia de un aeropuerto internacional y de carreteras son bienes físicos que permiten la comunicación con otras metrópolis, especialmente aquellas que contienen los principales socios comerciales.
- Continuidad política más allá de los ciclos electorales. La velocidad de organización e innovación del sector privado ha obligado a los gobiernos a tener planes de desarrollo en los que el emprendimiento sea un pilar económico, independientemente del grupo que esté gobernando.
- Cultivo de orgullo de la ciudad, que necesita ser alimentado constantemente. Siendo un país altamente regional, las y los paisas de Medellín sienten gran orgullo de su ciudad y sus logros, y lo cultivan constantemente.
- Ampliación de la presencia del Estado, fortalecimiento de instituciones y garantía de Estado de derecho. Estas tres condiciones son básicas para garantizar la armonía y estabilidad mínimas que requieren los países para crecer.
Como parte de la conclusión hay que reconocer que no existen recetas para que una metrópoli se recupere de un azote de violencia. Sin embargo, el caso de Medellín es una referencia sobre cómo se convirtió un problema en una oportunidad. Al aplicarse a México existen economías con actividades marcadas y un entorno rígido que complicaría la ejecución de estas propuestas.
Curiosamente, el reto más grande sea probablemente alinear a los diferentes actores en una forma a la que pocos gobiernos están acostumbrados. En caso de que el consenso sí exista, la implementación será compleja y requerirá de mucho tiempo, pero como hemos visto aquí, es posible tornar una ciudad de inseguridad y criminalidad en una de prosperidad a través de la innovación y el emprendimiento.
Trabajos citados
– Giraldo, H. (junio de 2010). Parques biblioteca de Medellín-Colombia: Un ejemplo de rehabilitación urbana y recuperación del tejido social. Obtenido de La Ciudad Viva.
– Graham, P. (mayo de 2006). How to be Silicon Valley. Obtenido de PaulGraham.com.
– Parilla, J., Leal, J., & Berube, A. (5 de marzo de 2015). Latin America’s stagnating global cities. Obtenido de The Brookings Institution.
Publicada el 21 de abril de 2015 en Forbes México.
Revisor: Francisco Martínez.