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Los golpes al precio del petróleo ¿vienen del Brexit?
El Brexit no tiene un efecto significativo en el precio del petróleo, pero sí sobre el pesimismo de los inversionistas, lo que sí afecta el precio del energético.
El Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte es un Estado netamente importador de petróleo y gas, y su consumo es suficientemente importante entre los países europeos como para ser obviado. Más aún, Londres fue considerada por Z/Yen Group la capital financiera del mundo en 2015, por encima de Nueva York. Es por ello que el contexto del Brexit y su posible impacto en los precios del petróleo adquiere relevancia internacional, pero su lectura requiere ver más allá del Reino Unido.
En esta coyuntura vale la pena preguntarse ¿qué tendencias clave han sucedido este año con respecto a los precios del petróleo? ¿Qué comportamiento han tenido los precios del crudo en las últimas semanas? ¿Qué consecuencias tendrá el Brexit en el mercado?
Antecedentes clave de este año y comportamiento de los precios en las últimas semanas
Mientras todo el año pasado tuvimos un exceso de 1.7 millones de barriles por día (mbd), este año estamos cerca de alcanzar el balance entre oferta y demanda. Simultáneamente, los precios han mejorado 40% este año hasta tocar 50 dólares por barril, aunque estamos y estaremos aún lejos de los niveles de hace tres años. Mientras algunos analistas son optimistas sobre la recuperación de los precios, los escépticos piensan que el mercado seguirá con sobreoferta, por lo que eventualmente caerían los precios.
Se espera que la demanda global de crudo crezca sostenidamente, mientras que la oferta no aumentaría, por lo que podríamos ver un balance sostenido en el segundo semestre del año. Las principales influencias en la disminución de la oferta han sido los recientes incendios en los campos de arenas bituminosas en Canadá, los ataques a las instalaciones petroleras en Libia y Nigeria, así como la disminución de la producción petrolera estadounidense. En contraste, Irán ha incrementado vigorosamente su producción para aprovechar que Estados Unidos levantó sus sanciones económicas.
Con estos acontecimientos, la Agencia Internacional de Energía reportó que el mundo redujo su producción a 95.4 mbd, un 0.6% menos que hace un año, en lo que fue la primera disminución relevante de la producción desde 2013. Sin embargo se espera que todos estos países estabilicen su producción para el resto del año, por lo que no habría nuevas disminuciones en la oferta. (Gallucci, 2016)
Los precios del petróleo se incrementaron sostenidamente en las semanas de debate del Brexit, reflejando el optimismo de los inversionistas de cara al resultado de la consulta. Pero conforme se acercó la fecha de la votación y la campaña para dejar la Unión Europea (UE) tomó fuerza, los precios cayeron. Durante estas semanas, los comercializadores de petróleo no anunciaron grandes inversiones y estuvieron más bien atentos a la consulta.
El resultado del referendo fue un shock para la mayoría de los participantes de los mercados energético y financiero, pues estaban convencidos de que al final imperaría la voluntad de permanecer en la UE.
Consecuencias en el precio del petróleo y los mercados
Corto plazo
Al día siguiente del sí al Brexit, los precios de los activos giraron dramáticamente, inclusive más violentamente que en la crisis de 2008 para algunas monedas y bancos centrales. La bolsa británica perdió 125 mil millones de libras esterlinas –unos 15 años de contribuciones a la Unión Europea, tema ampliamente debatido para el referendo–. (Anderson, 2016) A pesar de las pérdidas billonarias para los inversionistas, estos efectos no fueron la hecatombe que varios políticos europeos vaticinaban.
La reacción más común en el mercado fue el pánico de inversionistas desprevenidos, la falta de compradores de activos en mercados emergentes, commodities y acciones bursátiles, así como la carencia de vendedores de títulos de crédito. Los precios del barril Brent de petróleo cayeron 2.50 dólares o 4.9%, y el resto de los barriles de petróleo tuvo un comportamiento similar.
“Los precios del petróleo, el cobre y otras commodities cayeron, especialmente porque están tasados en dólares, lo cual incrementa el costo de las materias primas para las economías con monedas diferentes del dólar.” (The Economist, 2016) El gran ganador fue el oro, que ha gozado de sus mejores días desde el 2009, pues la aversión al riesgo ha revalorizado en 20% el precio del lingote áureo en las últimas semanas y lo hizo crecer en 4.7% el día posterior al referendo.
El mismo día, los ministros del tesoro de varias economías emergentes hicieron anuncios de ajustes. En el caso de México, se anunció un recorte de 31 mil millones de pesos (mmdp) con la intención de reducir el déficit fiscal, reducir las necesidades de financiamiento exterior y estabilizar la deuda. Si bien la medida fue aplaudida en lo general, fue criticada en lo particular como una forma oportunista de anunciar un recorte presupuestal “que ya venía” y que se suma a los 132 mmdp recortados en febrero de este año. (Salazar, 2016)
Los otros beneficiados del vuelo del capital a lugares seguros fueron los bonos gubernamentales alemanes, estadounidenses y especialmente los japoneses. Al final de la jornada se perdió mucho valor financiero y económico, pero el mercado pasó la primera gran prueba de estrés. (Friedman, 2016)
A partir de este resultado, el consumo de barriles del Reino Unido también podría verse disminuido por esta nueva situación, en un rango que iría desde cero hasta 100 o 200 mil barriles de petróleo por día. Aunado a esto podemos esperar que los mercados de la energía, la gasolina y el gas experimenten un periodo de volatilidad a partir de fluctuaciones en la libra esterlina. Por tanto, el dólar será más fuerte, lo cual afectaría, al menos tímidamente, los mercados emergentes.
Una libra débil contra el euro y el dólar incrementaría el costo de las importaciones en Europa, y de ser una tendencia prolongada afectaría el consumo interno y el sector del menudeo. (Oil Voice, 2016) En un caso muy extremo, que diversos expertos consideran aún muy poco probable, se podría acelerar una recesión en los países cuya economía crezca lentamente y que estén altamente vinculados con Gran Bretaña.
Mediano y largo plazo
“La trayectoria en el largo plazo de los precios del petróleo dependerá de qué tanto el Brexit disminuya el crecimiento de la economía mundial, la demanda de crudo y sus derivados. Los analistas dicen que un golpe al consumo de petróleo en Gran Bretaña no tendría por sí mismo un impacto significativo en los precios mundiales, pero si Europa en conjunto sufre por el Brexit una sacudida a su confianza en invertir, el golpe sería más severo.” (The Economist, 2016) En este caso, los productores de shale gas se verían afectados en sus esfuerzos actuales por incrementar su extracción de crudo con bajos márgenes de utilidad.
En unos meses, el Reino Unido tendría que renegociar sus condiciones de comercialización de energéticos, tanto con la Unión Europea como fuera de ella. Se esperaría una subida en ambas situaciones, pero en el segundo caso habría más barreras al comercio. Aún no hay un indicio claro de qué tipo de acuerdos comerciales y movimientos tendría una Gran Bretaña no perteneciente a la UE.
En todos los casos, los analistas coinciden en que el Brexit no altera los ejes de impulso, las condiciones y dinámicas fundamentales de oferta y demanda. Por ende, la ventaja de la coyuntura prospectiva es que hay suficiente petróleo en el mercado y que no es probable que los precios de importación suban para el Reino Unido por falta de abastecimiento.
Una perspectiva que no será del agrado de las compañías con operaciones en Inglaterra, especialmente las energéticas, será la posible pérdida de la disposición para la libre circulación y trabajo en la Unión Europea. Sin la libre circulación de trabajadores, las empresas verán un incremento sensible en los costos de mano de obra y atracción de talento, así como en los costos y procedimientos burocráticos, justo en una época en la que se busca reducir los costos de operación. (Smith, 2016)
En el aspecto de tesorería, el gobierno perdería una sustancial cantidad de ingresos, por lo que tendría que aumentar los impuestos y recortar gasto corriente en aspectos como educación y salud.
Esto podría acelerar que los bancos centrales suban las tasas de interés. En el caso de la Reserva Federal estadounidense, ésta fue cautelosa y decidió no subir su tasa de referencia previo al referendo. Con el Brexit, la probabilidad de que la tasa no sea ajustada en la próxima oportunidad es casi nula. Además se tendrán que revisar las premisas que derivaron en la estimación de que el petróleo terminaría el año entre 50 y 60 dólares por barril.
Claves para navegar el incremento en la volatilidad
Para tener la lectura completa del panorama energético hay que voltear a ver más allá del Reino Unido. El mercado está muy atento a los movimientos en Arabia Saudita y Estados Unidos. Por un lado, las autoridades saudíes han resistido las presiones de varios países miembros de la OPEP para congelar la producción petrolera. Ellos han protegido su cuota de mercado compitiendo con precios bajos y facilitando la quiebra de competencia petrolera estadounidense.
La producción estadounidense se está terminando de ajustar en un rendimiento de 8.7 mbd, aproximadamente 1 mbd menor que el pico de 9.7 mbd de abril de 2015. Esto es un signo de la estabilización de la producción que acelera el balance oferta-demanda.
Por otro lado, se prevén sustanciales incrementos en la volatilidad y en la aversión al riesgo para las próximas semanas. La fiebre del oro que experimentamos es el primer tramo de la curva. Pero hay que poner en contexto que esta onda de aversión al riesgo es similar al desplome de acciones y divisas en China, a la crisis de la eurozona por Grecia y al techo de deuda rebasado por Estados Unidos. (Ellyatt, 2016)
El problema de estas ondas de aversión al riesgo es que son impredecibles en su profundidad y duración. En conclusión, el Brexit no tiene un efecto significativo sobre el precio del petróleo, pero sí sobre el pesimismo de los inversionistas, lo cual sí afecta el precio del petróleo.
Conforme han pasado unos pocos días del referendo, hay dos nuevas tendencias políticas que incrementarán la volatilidad y la aversión al riesgo: la esperanza de encontrar mecanismos para que Gran Bretaña no abandone la Unión Europea y la intención de otros países de hacer sus propios referendos.
Los efectos serían múltiples, pero –en síntesis– el primer caso reenfocaría la atención en la relación de oferta-demanda, mientras que el segundo caso debilitaría a la libra y al euro, fortaleciendo monedas como el rublo ruso y el yuan chino, y especialmente dando paso a la consolidación de la dictadura del superdólar, lo cual apuntalaría a Estados Unidos como el gran proveedor mundial de activos financieros en apariencia más seguros.
Trabajos citados
Anderson, J. (24 de junio de 2016). British stocks lost £125 billion after Brexit—or 15 years worth of EU contributions. Obtenido de Quartz.
Ellyatt, H. (20 de junio de 2016). What happens to oil if there’s a Brexit?Obtenido de CNBC.
Friedman, N. (24 de junio de 2016). Oil Prices Down but Pare Initial Losses After U.K. Vote to Leave EU. Obtenido de Wall Street Journal.
Gallucci, M. (24 de junio de 2016). How Will Brexit Affect Oil Prices? Market Takes A Hit After EU Referendum, But It’s No Long-Term Blow. Obtenido deInternational Business Times.
Oil Voice. (24 de junio de 2016). Britain votes for Brexit: commentary from the oil and gas industry. Obtenido de Oil Voice.
Salazar, C. (24 de junio de 2016). Cuestionan recortes a gasto por Brexit. Obtenido de Reforma.
Smith, C. (24 de junio de 2016). What The Brexit Result Means For The UK Oil And Gas Industry. Obtenido de Oil Price.
The Economist. (25 de junio de 2016). Gold wins from Brexit. But other commodities lose. Obtenido de The Economist.
Publicada en Forbes México el 28 de junio de 2016.