A partir de la idea de que Donald Trump tiene…
¿Cuál es el valor real de las tecnológicas que entran a bolsa?
Aquí te digo por qué la mayoría de las empresas tecnológicas que han debutado en bolsa la han pasado mal.
El 2019 ha sido implacable con parte del sector tecnológico, que se ha tenido que ajustar ante diversos fenómenos simultáneos: incremento (aunque insufiicente) de sus ingresos, presión de los inversionistas, escrutinio de reguladores, activismo de usuarios y empleados, y un clima de incertidumbre económica.
En general, la coyuntura se ha traducido en el interés de decenas de empresas tecnológicas privadas en debutar en la bolsa más pronto que tarde. Ante ello, vale la pena preguntarse, ¿cómo están entrando las empresas a las bolsas de valores? Y, ¿cómo llegaron las empresas a tal situación?
El debut de tecnológicas en Bolsa
Luego de varios años de somnolencia, este año han debutado muchas empresas tecnológicas en bolsa: Lyft, Pagerduty, Zoom, Pinterest, Uber, Slack, Crowdstrike, Peloton… además de que otras más de 100 ya entregaron su solicitud. Un factor común es que la mayoría de ellas no entraron a bolsa con utilidades bajo el brazo, hecho que no había pasado desde la crisis del dot-com en 1999. Peor aún, la desaceleración mundial está en puerta y podría hacer sufrir a varias de estas empresas.
Invariablemente de sus niveles de crecimiento, la mayoría de las tecnológicas en bolsa han ido perdiendo capitalización de mercado ante factores como el costo-oportunidad para inversionistas o la incapacidad para convencer a los mercados que tienen un camino creíble hacia la generación de utilidades —destaca WeWork, autoconsiderada tecnológica, que en su (fallida) solicitud de entrada declaró que “tenemos un historial de pérdidas y, especialmente si continuamos creciendo a un ritmo acelerado, es posible que no podamos lograr la rentabilidad a nivel empresa en un futuro cercano.”—
La pérdida de la capitalización de mercado podría ser mayor próximamente: empresas como Pinterest y Uber están por terminar su periodo de bloqueo, que es el mínimo tiempo que los inversionistas deben conservar sus acciones adquiridas luego del debut en bolsa.
El tema es importante por varias razones: las empresas permanecieron privadas más tiempo que la generación anterior de startups, los inversionistas se convencieron de que las empresas de tipo tecnológico son el presente y futuro del mercado de valores, y tanto los gestores de fondos como los bancos de inversión tecnológica subieron sus apuestas, con la idea de que el mercado público compraría sus tesis de inversión, incluyendo las valuaciones estratosféricas.
¿Por qué proliferan las tecnológicas con valuaciones tan altas?
- Amplísima disponibilidad de capital: Diferentes jugadores dispusieron de mucho capital, lo cual hizo más fácil levantar dinero de privados que del mercado abierto. Destacan los bancos de inversión, quienes desde hace dos décadas desarrollaron más tolerancia al riesgo por ciertas estructuraciones financieras, y los gestores de activos que, si bien el capital de riesgo no es su principal negocio, tienen más dinero disponible que los bancos de inversión, que además están más acotados por la regulación.
- Bajas tasas de interés: Las bajas tasas de interés mantenidas por 7 años de la última década, permitieron que jugadores no tradicionales como fondos de inversión y fondos de cobertura ver a las entonces startups como una oportunidad atractiva entre muchas clases de activos a los que tuvieron acceso.
- Múltiplos enfocados en crecimiento: Tradicionalmente, las empresas se han enfocado en factores como el EBITDA para establecer sus valuaciones; en los últimos tiempos y en el caso de las de tecnología, los inversionistas han antepuesto temas como el crecimiento trimestral y el número de usuarios.
- La vanidad de los fundadores: En esta era surgieron los unicornios, aquellas empresas valuadas en más de US$1,000 millones. Para muchos fundadores, el objetivo ha sido llevar a su empresa a valuación de unicornio, lo que les da exposición en medios, invitación a conferencias, atracción de talentos, etc. De esto siguió una máxima del capital de riesgo: “Tú establece la valuación, yo establezco los términos.”
- Condiciones de los inversionistas: En este tiempo proliferaron términos atípicos, tales como el interés en equity preferente con candados de seniority, donde los fondos cobran primero, generalmente en perjuicio de los empleados con acciones.
- Modelo de conquista de mercado: Los inversionistas más agresivos buscaron subsidiar muchos casos de uso para seguir atrayendo usuarios, con la idea de establecer una guerra de precios de la que resultaran sobrevivientes.
- Demasiado tiempo privadas: Los factores anteriores derivaron en que las compañías hicieran más rondas de inversión de privados que los rangos históricos. Una debutante en bolsa de la época de las dot-com requería en promedio 3 años, lo cual luego subió a 7 años y en 2018 llegaron a 13 años.
En la segunda parte de este texto, analizaré cuáles son las lecciones que nos deja esta etapa de las inversiones en startups tecnológicas.
Publicada el 31 de octubre de 2019 en Forbes México.
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